sábado, 18 de enero de 2014

El ascendente y el descendente


El ascendente es el yo, la apariencia externa. El descendente es la unión, la asociación con los demás. Juntos forman la base de la personalidad.

Soy Libra, ascendente Tauro. ¿Qué significa esto? La posición del ascendente se calcula a partir del día, mes, año, hora y lugar de nacimiento, igual que la posición del Sol y todos los astros que figuran en una carta astral. Pero, así como las posiciones del Sol y los astros se indican en las Efemérides día a día, no ocurre lo mismo en el caso del ascendente.

¿Por qué se dice "sale, ha salido o saldrá"? Porque un nacimiento puede producirse tanto de día como de noche, a mediodía o a medianoche, por la mañana o por la tarde. Entonces, es una carta astral, si la hora de la salida del Sol:

Este último es uno de los 360 grados del zodiaco que aparece en el horizonte oriental, en el momento de nacer: se calcula, concretamente, en función de la hora y el lugar de nacimiento. En otras palabras, es el punto exacto del zodiaco donde sale el Sol, ha salido o saldrá, en el preciso instante y según el lugar en que nace una persona.

  • coincide con la hora del nacimiento, el ascendente será el punto preciso del zodiaco donde sale el Sol;
  • es anterior a la hora del nacimiento, el ascendente será el punto preciso del zodiaco donde salió el Sol;
  • es posterior a la hora del nacimiento, el ascendente será el punto preciso del zodiaco donde saldrá el Sol.

El descendente es el punto diametralmente opuesto a este grado, al horizonte occidental, allí donde se pone el Sol, se ha puesto o se pondrá, también según los casos.

En resumen, podemos decir que el punto del zodiaco donde se encuentra el ascendente (salida del Sol) y el del descendente (puesta de Sol) forman un eje que representa el horizonte.

Por ejemplo, el ascendente de una persona nacida en el momento de la salida del Sol siempre se sitúa en el mismo signo del zodiaco que su Sol natal, mientras que el descendente, evidentemente, se encuentra en el signo opuesto. A la inversa, el ascendente de una persona nacida en el mismo instante en que se pone el Sol, siempre se sitúa en el signo opuesto al de su Sol natal que, a la vez, se sitúa cerca del descendente.

¿DE DÓNDE VIENE EL ASCENDENTE?

Los primeros sacerdotes-astrólogos de Mesopotamia no realizaban una carta astral a partir de la hora de nacimiento de una persona en particular, ya que las consideraciones y preocupaciones de entonces no eran individuales, sino colectivas. Mucho más tarde, algunos sacerdotes caldeos emigraron a Grecia llevando consigo notables conocimientos de matemáticas, geometría y astronomía. Uno de ellos, Beroso, historiador y astrólogo, se instaló en la isla de Kos (en el Dodecaneso), donde fundó la primera escuela de astrología, en el siglo II a.C. Pero ¿fue allí donde se aplicó por primera vez el principio de la astrología llamada genetlíaca (aquella que se basa en la posición de los astros en el momento del nacimiento de un individuo)?

Sin duda no, pero a partir de esta época, la dedicación fue plena y, desde aquel momento, en Grecia, el destino del individuo se convirtió en un descubrimiento y preocupación importantes, que marcarían la mentalidad greco-romana, latina y luego la de la Edad Media y el Renacimiento. Hoy todavía se habla de nuestro signo zodiacal y ascendente.

LA IMPORTANCIA DEL ASCENDENTE EN UNA CARTA ASTRAL

Prácticamente, a partir del ascendente (o extremo o cúspide de la Casa I) en el zodiaco se puede averiguar las posiciones de las demás Casas.

De esta manera, se podrá casi siempre definir el físico, el aspecto, los rasgos de la cara, el aire, la forma de andar, a partir de la posición del ascendente del signo, teniendo siempre en cuenta al mismo tiempo la situación del regente del signo donde se encuentra el ascendente.

Por ejemplo, para definir la morfopsicología o el comportamiento físico y moral de una persona con ascendente Sagitario, y comprender su apariencia, hay que tener en cuenta las características del ascendente en esta carta astral, claro está, pero también las que provienen de su regente (Júpiter), que no tendrán el mismo significado según se trate de Géminis, Leo, Escorpio o Capricornio...

Pero su situación en un signo es igualmente importante, porque nos informa del aspecto, la apariencia física y psicológica de un ser o, si se quiere, de su morfopsicología.



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