sábado, 8 de abril de 2017

Las plantas mágicas y míticas VII: El muérdago, la flor de lis y el maíz

¡Al muérdago: el año nuevo de los druidas y los celtas!¡A las tres flores de lis: símbolo de la Santísima Trinidad y de la Casa de Francia! ¡Al maíz: símbolo de la creación del primer hombre, el Adán de los mayas! He aquí tres plantas para nosotros venerables y veneradas por nuestros antepasados

EL MUÉRDAGO




Su nombre procede, probablemente, de la palabra vasca muir-tako, con la cual se designaba el "visco", esa especie de pegamento que da la propia planta y que se emplea para cazar pájaros. El muérdago es una planta parásito, que crece en el roble, pero muy excepcionalmente, como bien sabían  los druidas celtas y galos. En cambio, se halla frecuentemente en el olmo, el pino, el álamo y, sobre todo, el manzano, así como en el sauce y el tilo. Por su escasez en el roble, los druidas celtas y galos le dieron ese valor simbólico, mágico y sagrado tan grande. Además, aunque sus flores salen a principios del verano, por alguna razón nunca se abren hasta la primavera siguiente. Por otro lado, este arbusto tiene la capacidad de permanecer verde, incluso en los lugares más oscuros y fríos, y así durante todo el invierno. Todavía verde era como los druidas recogían el muérdago en el sexto día después de la Luna nueva, para celebrar el Año Nuevo lunar, que más o menos se corresponde al 1 de noviembre de nuestro calendario, durante la noche de Samain. Era el símbolo de la regeneración y de la inmortalidad del reino vegetal por excelencia, de la vitalidad y el vigor eternos.
Ahí reside la razón por la cual, para los celtas, el agua de roble, una decocción de hojas de muérdago endulzado con miel o mezclado con aguamiel, o vino de miel, tenía el poder de curar.
Es cierto que para los celtas, así como para los griegos y los romanos, el muérdago era la cortisona de la Antigüedad. De manera que se empleaba para combatir los vértigos, los malestares, los zumbidos en el oído, las palpitaciones, síntomas que hoy reconocemos como los de hipertensión, así como todos los espasmos, convulsiones, crisis nerviosas y epilepsias. El muérdago era muy beneficioso en caso de asma y de tos ferina, para detener la tos y aliviar la migraña.

LA FLOR DE LIS



Si la flor de lis y la rosa casi siempre han sido asociadas es porque ambas flores se importaron en un mismo momento, de Oriente a Europa, en el siglo XII, en la época de las Cruzadas. Ahora bien, al igual que la rosa, la flor de lis se identificó con la imagen pura, santa y bella de la Virgen y se convirtió en un símbolo cristiano. ¿Fue para marcar la reconciliación con la Santa Sede o para complacer a su esposa Leonor de Aquitania, por lo que el rey de Francia Luis VII, llamado el Joven, integró la flor de lis en los escudos de armas de los reyes de Francia, o bien no lo hizo hasta su vuelta de la segunda Cruzada, trayéndola él mismo de Oriente, en 1149? La historia no nos lo dice. Pero sabemos que bajo su reinado esta flor se convirtió en emblema de la Casa de Francia, al mismo tiempo que en el de la Virgen de los cristianos. Sin embargo, la flor de lis, que recibe su nombre del copto lhêli, ya era conocida por los egipcios y los griegos de la Antigüedad, tanto por la belleza de sus grandes flores blancas, cuyo perfume bastante fuerte a veces incomoda, como por sus virtudes terapéuticas. En efecto, parece que siempre se haya utilizado la flor de lis para preparar el aceite y el agua destilados, así como su bulbo que, reducido a una masa blanda y mezclado con leche hervida, se revela un potente remedio para curar heridas, flemones, furúnculos, úlceras y quemaduras. Por otro lado, al igual que el agua de rosa, el agua de flor de lis tiene la fama de ser benefactora de la piel. Retrasa la aparición de arrugas, borra las manchas marrones, reduce el acné y devuelve al rostro un dulce frescor. Esta agua de flor de lis se prepara simplemente haciendo una infusión durante varias horas con aproximadamente 200 gramos de flores de lus en un litro de agua destilada.

EL MAÍZ



¡Qué monótonos son los campos de maíz, consecuencia del monocultivo de cereales! Tan integrados están en el paisaje que ya no los vemos, ni apreciamos, a no ser en conserva. Aproximadamente 130 millones de hectáreas de tierra se dedican al cultivo del maíz en el mundo cada año, un poco menos que el arroz, siendo, de largo, el trigo el más vasto cultivo de cereales del planeta. Importado del Caribe a finales del siglo XV, donde los indios lo llamaban mahiz, apareció en Europa no mucho después. Se creía que era originario de las Antillas y de América del Sur. Sin embargo, en el siglo XIX, se encontró maíz en perfecto estado de conservación en el interior de las pirámides egipcias, en las tumbas que datan al menos del siglo XI de antes de nuestra era. Además, también se encontró maíz en las antiguas sepulturas de dignatar¡os hindúes, es decir, en la India, que datan de la misma época. Así pues, el maíz que utilizamos hoy día, tanto para fabricar la pasta de papel a partir de sus tallos y para el aceite vegetal y harinas a partir de sus granos, como para el pegamento, la seda artificial, los antibióticos y alimento para el ganado, era ya conocido desde hace mucho tiempo en todas partes del mundo. Lo que no excluye que tuviera un papel simbólico importante en la mitología maya. De manera que según el Popol-Vuh, el equivalente al Génesis para los mayas, el hombre fue creado en tres etapas: la primera, moldeado en arcilla, fue destruido por el diluvio; la segunda, fue esculpido en la madera y reducido a cenizas por el fuego de la Tierra; la tercera, finalmente, se hizo con maíz y sobrevivió. Fue el padre de la humanidad.
También los mayas dedicaban un culto al maíz, que era igualmente su alimento de base. Es cierto que esta planta es nutritiva, energética, reconstituyente y que todavía hoy el aceite de germen de maíz que se obtiene con la primera presión fría, tomando a razón de una cuchara de sopa cada día al levantarse y al acostarse, favorece la eliminación del exceso de colesterol en la sangre.




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